La Hora mágica
La luz se termina, dando incio al silencio desarmónico de mi ser. Lo enfrento dificultosamente ayudado por mi teclado y mi ratón, que aliados a un placebo racional se esmeran por ganar unas cuantas fichas de colores en busqueda de tranquilidad material alternativa.
Pasan las horas y llega el primer minuto mágico. Es extraño pensar que a un hombre este momento lo puede hacer reflexionar de tal manera que hasta lo mas sólido y resuelto transmuta hacia un estado etéreo, incierto y angustioso. El piso tiembla bajo mis pies.
La conexión con mi esencia es inminente. Me habla tan claro que me da miedo, me lleva a lugares que bajo Ases, reyes y Reinas habian estado camuflados durante eternidades.
Es la hora mágica, tan solo me queda asumir mi humanidad inconsciente conflictiva, que como un profesor toma el examen al alumno, venía a revisar mi emocionalidad.
5 am, la luna llena me mira complice del temblor de mis manos, que a falta de escondite, se frotaban entre sí en posición misericordiosa.
Pasan los minutos y el profesor ha tomado el examen, el vacio en el pecho se extingue llenandose nuevamente. Al parecer no reprobé pero estuve cerca.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Reflexiones 6
Publicado por
Tomás Recart
en
10:27
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Etiquetas:
Reflexiones
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